domingo, 29 de enero de 2012

EL MANUSCRITO OMEGA: Las profecías perdidas.-


Introducción
NOSTRADAMUS

Que tus ojos sean los del mundo…
De lo que amas y de lo que no sospechas…
De lo que viene y que mis ojos han visto…
Permíteme entonces llorar en tus ojos de épocas distintas.
Los míos están atrapados en el tiempo, acaso tristes y llenos
Como poemas destilando versos que siembro en tus ojos dormidos
para una eternidad fría que pronto verás.

Vendrás a casa después de la erosión,
Y veré tus ojos enredarse a los árboles nuevos y veré tus manos tejer perspectivas
como el último nigromante que he elegido
y veré tus besos adornar las calles vacías de ternura
sobreviviendo a esta extinción que viene.

Entonces, escribe, escribe... que el tiempo acaba...
 (Santiago, Invierno del 2003)

LAS PROFECÍAS PERDIDAS
I
Seres atormentados cayendo desde mi boca.
Seres diminutos como pizcas de saliva salpicando lejos del encierro
Seres hinchados de noches inconfesables, apenas lunares, como un suicidio de besos disparados de bocas vistiendo de ternura.
Seres deambulando entre guerras que siempre fueron guerras apenas el comienzo de una cruel despedida.
Y de salto en salto, máscaras danzando el último siglo de los disfraces.

Seres encumbrados en diáspora de caricias más allá de los mundos, como los átomos que todavía encierro en mi alma de desterrado de las estrellas principales..

Cristos de luz inefables y esparcidos en las miserables manos temporales de los fariseos y sus pérfidos vientres llenos de indiferencia y de sarcófagos fríos.

Seres que vagan suplicando la misericordia de los faroles que todavía permanecen prendidos y atados a los temblores del insomnio y a esas suplicas últimas para las luciérnagas invernales.

Seres deambulando entre la vida y la muerte. Llenos de espacios abiertos y vacuos sentidos. Seres que pronto se irán con los sucesos  y las leyendas.
Seres del séptimo y del último.
Sobrevivientes del destino y de la piedad paterna en los cielos disparada.

Seres, seres, seres del ocaso que viene, de los eventos que sacudirán la tierra y los mares y hasta los calabozos que desnudarán los cielos, y tantos, como para imaginar el origen de los egoístas y las cruces astronautas y humedad.  

Y el miedo galopará desde los cimientos de cada continente. Los cuatro elementos. Cuatro verdugos. Volcanes hinchados del fondo marino, olas tan inmensas como el lloriqueo de los atlantes. O la primera mañana de los que ya se han ido. Y la última de los que restan.

II
Abrázate conmigo, ya el frío asoma
Ven desnuda, pecadora y húmeda hasta mi inconciencia
Hasta el final de los tiempos se una con todas las ausencias que
Almacené en mis inviernos pendulares
y todos los fantasmas que se nos vienen encima.

Abrázate conmigo desde el silencio hasta el silencio
Desde lo más estrellado hasta lo más absoluto
De tus mejillas acostándose con las mías.

Abrázate conmigo cuando venga el fin de los sucesos
El respiro de las tierras sumergidas y el ahogo de las cumbres inhabitadas
No habrá más muerte que la tecnología ni pecado ya resuelto
No habrá más suicidio que los comprometidos
Ni muerte más absurda que la ignorancia de los escépticos..

Abrázate conmigo en este sinfín de agitaciones
En estos mares enojados, en estos volcanes desalmados
En estas tierras henchidas de inocencia disfrazada.

Abrázate conmigo cuando la lluvia asome cautelosa, distante y arrepentida
Cuando los relojes giren imprecisos
Cuando los horarios sean distintos.

Gemirán desdichados los estupendos edificios
Gemirán las especies y los colectivos
Gemirán, la semilla y el fruto.
El hambre y el mendrugo. Las costas asoladas
Los ombligos submarinos.

Abrázate conmigo cuando vengan por otra humanidad los dioses escondidos,
Por otros crímenes del séptimo final, los ojos sospechosos de siempre mirando desde atalayas increíbles. Y la tutela del germen primero.

Ya vienen los temblores primitivos y las singularidades, ven y abrázame sin miedo Todo se ha cumplido. Tanto tiempo escarbando los astros sin mirar las piedras
Y tantas piedras del primer acertijo que jamás supimos.

III
OH América singular y joven
Inocente y atlante de la memoria que se ahogó sin ella,
Ya viene el parto sietemésino el milenio que todos olvidan
Los mares enojados y las costas bravas.
Tus cumbres derretidas y el ombligo que te observa mar adentro

OH Europa, la más gélida de las tierras, la más egoísta
Vendrán por ti las épocas heladas y el dinero de tus pecados
Calamidad tras calamidad poco a poco te humillarán los destinos
Poco a poco hasta Roma se quedará sin ceremonia ni barquero.

OH Asia, tantas bocas que alimentar tantas guerras que atormentar
Tú serás la expiación de los pecados y la guerra de tus cofrades bélicos
Nada siembres porque no tendrá destino, hasta los estrechos se harán conflicto
Hasta los pueblos se enredarán insatisfechos.
Muchas islas, muchas tierras sabran de sacudidas como el sol sabe de fogonazos
y tecnología. 

OH África, la más pobre de todas las hermanas
La más esclava, la más hambrienta y llena de harapos
Tendrás otra vez tu origen y otra vez tu sacudida
No sin antes pagar el precio de tu primigenia.

IV
Caerán los ojos del cielo, como si estuviera
El sol despojándose de espías y atalayas:
En la isla de los leones condenados
Huid, huid grande será la quemazón y el alboroto

V 
Muy luego, las tropas del gran jefe del norte imperio
Iran por guerra y comercio a las orillas del fósil acuoso
El hablador se confundirá y enviará sus ejércitos
Al colapso y a su nación de aceites bríosos.

VI
El miserable germano no le queda nada de navegante
La última piedra sostendrá lo que del cielo le vendrán a negar:
A los polos ya empieza a mover su avaricia el oso contumaz  
Y el gran océano hierve de sismos extravagante.

VII
De las dos colmenas derribadas solo odios engendrados
El vivo tuvo su oportunidad y guerra:
Otro tendrá la manzana y otra vez caerán colmenas.
De los triángulos se levantará un cuadrado.

VIII
Onda magnifica e inhumana aumentara los muertos
Ni los pájaros podrán sostener del sol tamaño fogonazo:
Toda Asia de negro. Toda Europa de blanco
El indicado asomara en bancarrota.

IX
En la pobreza de los ayeres poderosos
Vendrá el samaritano a regalar dadivas y consuelo
Cuidado es el anticristo sin fronteras y oneroso
Con su marca llorarán los justos del cielo.

X
La mitad del pasado se volverá gris
Como el séptimo hijo del tiempo de los astronautas antiguos
Ni leyendas ni mitos podrán mentir
Ni siquiera la fe de un secretario conspicuo.

XI 
Tres de los púrpuras viejos y retorcidos
Caerán cerca del germano medroso.
Todos salpicaran profanos y pecaminosos
Mazmorra de miel para quienes se llaman sus hijos.

XII
La mujer del norte la primera después del ébano
Tal como ayer fue en el paraíso,
Tentada será por el conocimiento preciso
del conquistador sátrapa de estrellas y forastero

XIII
Volverá el Vesubio a vomitar expiación
De Inocentes se vestirán los augures
Todas las piedras gemirán la misma canción
Todas las naciones exclamaran lúgubres.

XIV 
Y el viento crecerá infame en el jardín del norte
También vendrá del mar un gran infortunio
Que hasta los barcos se ataran de dolor en julio
en el odio y terror que traerá la silenciosa muerte

xv 
Los atlantes llaman desde el fondo de los abismos
Los cielos se abren de verdades así la tierra  
Y los sátrapas como siempre llenos de cinismo
Ocultaran los ciclos colmándonos de oro y mirra.

XVI
Se vendrá abajo el orgulloso pájaro del cielo
Todo luto será en vano y no habrá entierro
La ciudad hermosa, eterna y herida buscara consuelo
En la octava colina que jamás conoció el hierro

XVII
Los Dioses se aproximan inefables e ineludibles
encandilados los ignorantes secuaces terrestres
la gran mentira pronto se desvanecera para los fieles
y para los justos una venganza a los señores agrestes.

XVIII
Morirá el que deba morir y ni lo llorara su agresor
enterrado entre islas y heroica revolución
La gente le sonreirá al difunto de barba y devoción  
mas luego en las calles hará temblar al sucesor

XIX
Otros disparos recordaran al joven difunto del imperio
Pero esta vez no se dira que fue uno el agresor
de los globales misterios a la vista la conspiración
Y varios seran llevados como ejemplo a prision.

XX
La gran estrella humana caerá entre dudas y lamentos
Al mar, de muerte imposible y súbita:
De los dioses la respuesta vendrá en extraño momento,
Todas las naciones alarmadas preguntarán sin rúbrica.

XXI
En madrugada los soldados tejerán burócratas
Lo que tejerá en el ocaso el tirano sirio:  
El oriente incendiado de rufianes y ácratas
Así también tejerá Selin en el tiempo de los alarmantes sismos.

XXII
Ni el hermano mayor podrá evitar
Que los dos pequeños vástagos y divididos
Hagan parir fraticidas una guerra final.
Hasta el silencio se suicidará con el fuego prohibido

XXIII
Cada vez más acertijos en el mar del norte
Cada vez más naufragios: Uno por estrellas sumergidas
Y otro por errores bélicos del boreal gigante 
Que jamás se verán sospechosas con vidas.

XXIV
El pequeño Napoleón de la última Europa
Pese al descontento con fraude será electo:
La svástica asoma renovada y furiosa
Oculta y vengativa en el congreso de facto.

XXV 
Ya los antiguos huyeron de tus orillas
No quisieron ser atlantes sumergidos:
La atadura del norte y del sur estremecerá sin prisas
Hundiéndose otra historia bajo iguales destinos.  

XXVI
Esa misma noche vendrá el mayor terror
Despertarán con el océano hinchado y asesino
Entonces los pájaros verán un sol sin color
Y los edificios apilándose a los montes andinos.

XXVII
Las máscaras ya no podrán esconder su felonía
Las calles de babilonia quedarán desiertas y asonadas
Bélicos esfuerzos por detener las fechorías
El anticristo contento dirige la revolución armada.

XXVIII
Te quedarán las pirámides y el veneno en la frontera
Una vez que los antiguos reclamen su epicentro
Dibuja su nuevo cuerpo glacial la tierra
Las gentes huyen hacia el sur de los mapas heliocéntricos  

XXIX
En el lago gran incendio de los aceites de América
El tirano miente y pronto el halo se le apagará.
En las orillas vestigios atlantes y gente histérica
Llena de sangre las calles ni los bosques escaparán

XXXDe vaivenes y sustos tus orillas estremecerán
Hasta los fuertes pedirán limosna y auxilio:
Todos incluso los célebres de la costa huirán
Las olas grandes y los temblores del anillo.

XXXI 
David golpeará primero a los del Asía mas radical
El hambre es grande y la religión más todavía
La guerra vendrá inevitable y visceral
Todos los jefes del mundo precarios piden otras vías.

XXXII 
La niña desaparecida fue entregada por su padre
Infame pacto con la que parió el incesto:
Su cuerpo llevado tierra adentro por cómplices musulmanes,
Años después indicio por hallazgo increíble y presto.

XXXIV
Por las islas nuevo conflicto armado y remoto
Los aliados divididos y confiados:
Gran descubrimiento abre las heridas de los egoístas y devotos
Y el hambre de otros que esperan un desenlace ansiado.

XXXV
El último germano pío morirá dentro de poco
Temor al último que no viene en gracias:
La tierra se sacude y hunde las barcas de los piadosos
Mentiras por siglos guardadas se muestran con ansías.

XXXVI
El país de las hormigas hambre tendrá cuando gire la economía
Más si la guerra les incumbe lejanos:
Morirán millones por la misma milenaria porfía
Y otros miles por la peste asomada a los suministrados.

XXXVII
Enero, Febrero Marzo y Abril
Cómo tiemblan tus océanos y rincones
Mayo, junio, julio y agosto
Cómo despiertan las estrellas submarinas para morir
Escapad de los anillos cordillera adentro como halcones
Bajo el mar del más joven el cordón angosto.

XXXVIII
Dos bocas se abrirán en el norte,
Una herida la tierra dividirá la codicia,
Otra entre mares libará el canal de las envidia,
Ruinas emergerán desnudas de los dioses.

XXXIX
La ciudad de los cerros tu violencia sufrirá
Y otros pueblos y aldeas desnudas quedarán
¡De qué os sirve la huida a las cordilleras
Si Hasta los moluscos han muerto en ellas!

XL
Las islas del cielo submarino que asomaron entonces
Tragadas por Neptuno otra vez al origen irán
Decenas, Cientos de miles acaso millones
Cuando la brújula cambie su aguja, palidecerán

XLI
La más larga y austral tierra asustada se contrae
No será uno sino tres los cielos que agiten
Sur, centro, mientras el norte distrae
Y las rocas del sur más hermano, griten.  

XLII 
El gran incendio asomará temible entre los sátrapas   
Quien osará ir en auxilio, preguntarán en Europa
Ni las joyas ni la fama ni las migajas son ayudas
Cuando todo es frío y todo se desmorona,

XLIII 
Ay de ti señora del otro lado de la cordillera
Nadie confiará en tus leyes y de a poco ni tu misma
De la bonanza a la angustia y de corruptos tan llena
Todos te acusan y todos te abandonan bajo igual prisma,

XLIV
Oh mayo, Mayo, Mayo tantas vidas te llevas
Que las costas sufridas te suplican piedad
Y más las islas lejos de las orillas
Y cerca de los gigantes calderos de las eras.

XLV
Y se verá en el cielo un pájaro de enormes metales
Tanta imaginación que no ha sido concebida
El mismo Mesías anunciado en viejos anales
Llenará las plazas de las naciones prohibidas.

XLVI
Otras Biblias asomarán más jóvenes desde el socavón
Todas las iglesias preguntarán pasmadas
Si hasta el primer cardenal creará el eslabón
Para que no quepa duda en los fieles de la barca.

XLVII 
Los pescadores del sol morirán por miles
El pecado del imperio todavía no se extingue:
Poseidón reclama sus tierras con furia y tristes
se despedirán ya el mar no los distingue.

XLVIII
La dignidad se agolpa en las ciudades del oro
La labor escasea y el hambre golpea así la guerra
Muchos reyes y príncipes caerán como meteoros
La vieja estirpe y colonizadora se apresta.

XLIX
Vendrán grandes diluvios al oriente
La sequedad será extraña como el arroz que consumen
Entonces la roca morirá de miel untada de vergüenza y peste
Y el que le siga tendrá negra su piel como su numen  

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